sábado, 7 de agosto de 2010

No es por tí, es por mí

No hay diferencia entre el entonces y el ahora. Para tí todo sigue igual, para mí, los segundos siguen siendo horas. No hay nada con lo que pueda sustituirte, mujer, ni nada que llena el vacío que dejas cuando cierras la puerta y dices adiós. Odio cada uno de los idiomas en los que entiendo esa palabra.

Siempre es la misma historia, me coges, me miras, me mueves, me usas... como un muñeco articulado que sólo vive cuando lo sostienen tus manos. Da rabia tener la libertad de hacer lo que quiera pero sin tener lo que quiero.

Siempre has sido extraña. siempre has sido la X de una ecuación sin solución y yo complicándome la vida para poder entender las matemáticas. ¡Qué difícil eres!

Yo sigo perdido en el mismo mar de letras, sigo sin poder decir lo que quiero decirte, sin poder (o sin deber) quererte. Y tú sigues siendo tú. No se si te odio o si me encantas.

Siendo sincero, soy un mentiroso. Y odio andar siempre con la misma mentira entre los dientes: "No te echo de menos"

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