sábado, 28 de enero de 2012

16 minutos.

¡Qué capacidad para olvidar tienes, mujer! Te ha durado mi cariño bien poco. Ahí está, tirado en la cuneta de la avenida del "Ya nunca podrá ser".

Hay tantas y tantas historias que podrían haber contado de nosotros. Me hubiera gustado contarle al mundo cómo nos conocimos, cómo crecimos como personas a través de nuestra compañía. Cómo nos gustaba asustarnos viendo películas de miedo. 

Me hubiera gustado contar nuestras anécdotas. Cómo fingía asustarme de cualquier cosa por hacerte sonreír. O tirarme hasta altas horas de la mañana, fingiendo que no te quería, fingiendo que eras una amiga tan sólo por sacarte de tu infierno. Contándote mis aventuras y desventuras... haciendo sufrir a tus vecinos con tus carcajadas...

Pero ¡qué facilmente lo has olvidado!

Es cuanto menos irónico... Estuve dispuesto a olvidar mi infierno por llevarte al cielo y llegaste tú y me devolviste a su fuego de la forma más cruel...

Me siento como un adolescente frustrado... Me encantaba cuando abrías la veda y cazaba tus besos como podía. Cuando te abrazaba y el aire y el mundo olía a tí... sonaba como tú... eras tú...
Cuando me mirabas y cambiábamos de polaridad... Unas veces positiva... otras veces negativa... pero siempre me atraías. Éramos pura física...

Pero claro... eso tú lo has olvidado ya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario